abril 06, 2003

ANCIANIDAD A LOS 22. Hace unos minutos hablé con un amigo de la secundaria del cual estuve perdidamente enamorada en aquellos días de colegiala ingenua. Fue extraño pues en más de 5 años no habíamos estado en contacto. No fue extraño hablar con él sino que las preguntas que nos hacíamos me hizo pensar que en todo este tiempo no he hecho nada y he hecho mucho a la vez. Creo que los años no pasan en balde y que he aprendido más en este último año que en toda mi vida, ¿por qué será? He aprendido a amar, he aprendido a olvidar; he aprendido a sufrir y disfrutar del mismo; he aprendido a perdonar y a pedir perdón; he aprendido que si bien el dinero puede comprar muchas cosas, no se puede comparar lo que hace una amistad o una madre orgullosa de que su retoño por fin haya aprendido a trabajar. Aún con todo lo que he hecho, me falta mucho por aprender (de hecho yo diría que demasiado) y no quiero saber por lo que voy a pasar cuando llegue el momento de sacrificar un momento por otro. Pero estoy ansiosa por que eso pase. La vida comienza día a día y las oportunidades son únicas, así como la vida misma. Bueno, basta de reflexiones existencialistas… hoy limpié mi cuarto.