julio 08, 2003

Este es un cuento que escribi en la clase de semantica, estaba tan aburrida que ya no estaba distinguiendo entre el sue?o y la realidad... Ojala pudiera escapar. El hombre de lentes y de cuero cabelludo notable pareciese tener un efecto adormilante en el resto de las almas encerradas en este monstruo de cemento. Y se me ocurre mirar por la ventana hacia fuera. Todo es negro, pero de repente algo se mueve; de un lado para el otro; es un arbol en crecimiento plantado en el pasto, sobre la tierra humeda de marzo. Pudiera jurar que me esta vigilando. El escalofrio recorre mi cuerpo. Aun asi, mis parpados siguen debiles. Volteo de nuevo hacia la ventana y el arbol esta recargado en la ventana. Percato unos sonidos agudos… ?me esta hablando? S?. La verdad es que no lo puedo saber. Ahora est? golpeando la ventana, como si quisiese atraer la atenci?n del resto de la poblaci?n. Esos son…??sus ojos!? Posiblemente yo estoy dormida y todo es un sueno. No, todo esto es demasiado real. Lo mas extra?o es que nadie se da cuenta de lo que esta aconteciendo, pues todos siguen anestesiados por las palabras del hombre calvo y de visi?n defectuosa. El ramerio parece estar desesperado, golpeando la ventana provocando un ruido insoportable. Pero no es a mi a quien se dirigen sus sonidos. Nunca lo fueron. Ya me canse. Tengo que hacer algo para silenciarlo. El guerrero saca su brilloso y filosa arma. El arbol sigue gritando, ahora con m?s fuerza pero nadie lo escucha. La sangre corre y las almas estan divididas en pedazos de carne. Una a una se apaga y ahora se separan tristes de sus cuerpos desmembrados. Mi cuello gira a la derecha y elarbol ha quedado silenciado, y yo, yo he quedado cruelmente satisfecha: sin sueno y con 18 almas en mi sangrienta coleccion. Ahora yo le hablo, ahora yo le grito, mas no me contesta. Sonrio y el guerrero guarda su arma. Se ocultara en mi ser hasta que mis ideas me traicionen y la sed de muerte y oscuridad resurja de mis manos y las ganas de aumentar mi coleccion. 11 de marzo 2003